viernes, 16 de octubre de 2015

Análisis - Kingdom Hearts (PlayStation 2)

Antes de comenzar, debo hacer una pequeña aclaración: sé que este juego es parte de la infancia de muchos jugadores de mi generación (incluyéndome) y que muchos lo recordamos con enorme cariño. ¿Una colaboración entre Squaresoft y Disney en la que los universos de una de las franquicias de RPG más importantes de los videojuegos y los largometrajes de animación más famosos del mundo se encuentran? ¡Eso sólo puede salir bien! Por desgracia, cuando decidí jugarlo de nuevo, encontré algunos fallos que... Bueno, ante todo pido comprensión y que no me manden a la hoguera por esto.



Antes de nada, ¿es Kingdom Hearts un buen juego?

¿Qué pregunta es esa? ¡Desde luego que lo es! Nadie diría que es malo, es uno de esos clásicos de PS2 que marcó toda una generación. Pero si exceptuamos los apartados visual y sonoro, no se puede decir que haya envejecido muy bien. En fin, intentemos no correr mucho y vayamos por partes:

La idea es de lo más original. ¿La genial saga Final Fantasy y el maravilloso mundo Disney juntos en un RPG de acción? ¡No puede salir mal! A pesar de que no controlamos a ningún personaje de ambos universos, sino a un protagonista original, esto no resta importancia a los encuentros que tendremos con otras entidades, y nos sorprenderemos bastante, al menos, la primera vez que juguemos.

Empecemos por los gráficos: a pesar de su ligera escasez de fotogramas, Kingdom Hearts destaca en este apartado, no sólo por mostrar unos buenos efectos y animaciones, sino por plasmar con bastante precisión los escenarios de nuestras películas Disney favoritas en un entorno tridimensional. 

De la música ni hablemos... ¡Es su mayor punto a favor! Además de estupendas versiones instrumentales de "Bajo el mar" de La Sirenita y "Esto es Halloween" de Pesadilla antes de Navidad, esta perlita de PS2 nos deleitará con melodías originales increíbles, como las que oiremos en nuestra visita a Bastión Hueco o el mítico tema "Simple and Clean" de la cantante japonesa Hikaru Utada. 

Desde el prólogo, Kingdom Hearts transmite una atmósfera
muy única. Un pasillo de vidrieras oscuro y música inquietante.

Hablemos de los personajes en sí: Sora es un muchacho que vive en una isla junto con sus dos mejores amigos: Kairi y Riku. Lo primero que nos asombrará es que, además, ¡Sora es amigo de las versiones juveniles de Tidus, Wakka y Selphie! Tres personajes a los que en seguida distinguirás si has jugado a Final Fantasy VIII y Final Fantasy X. ¡E incluso podrás combatir contra ellos por diversión!

Siguiendo con la historia, el destino de Sora se tuerce cuando, un día antes de iniciar una aventura por otras tierras con Riku y Kairi, unas enigmáticas criaturas llamadas sincorazón invaden la isla. El joven desconcertado resulta ser el elegido de una poderosa arma conocida como la Llave espada, una gran llave que sólo él es capaz de empuñar... O eso cree. Ahora, su misión es encontrar a sus amigos desaparecidos y cerrar los corazones de los distintos mundos por los que viajará para evitar que entren más sincorazón en ellos.

La trama, a bote pronto, puede parecer bastante simplona... pero eso es porque lo es. Sí, podemos afirmar que el primer Kingdom Hearts es el título con la historia más sencilla de la franquicia. Por eso sorprende al darnos cuenta de lo que es hoy día: cada título vuelve el desarrollo más y más complejo, con saltos temporales increíbles y algunos huecos sin rellenar. Esto no es necesariamente malo, ya que los jugadores, tarde o temprano, nos las apañamos para crear una línea temporal coherente. ¡Lo estamos consiguiendo con The Legend of Zelda! ¿Cómo no lograrlo con Kingdom Hearts?

Un detalle interesante es que algunos sincorazón tienen un 
aspecto adaptado a la temática del mundo en el que entras.

Aunque es un RPG de acción, Kingdom Hearts logra adaptar de forma decente varias mecánicas de Final Fantasy: la ventana de comandos está siempre abierta, y en ella eliges atacar, utilizar magias, usar objetos consumibles y realizar otras acciones como abrir cofres, activar interruptores... Todo con el botón equis, por lo que para saltar se utiliza el botón círculo. No vemos muchos juegos donde se use dicho botón, ¿eh? De todos modos, aunque hay secciones de plataformas, no existe el daño por caída y no hay abismos que signifiquen la muerte si caes en ellos, por lo que los errores que cometas no te harán perder gran cosa.

Pero ahora, llegó la hora de analizar los controles... Ay, señor, ¿por dónde empiezo? ¡Son horrorosos! Duela a quien le duela, la jugabilidad es terrible: los combos son demasiado sencillos y muchas veces no requieren más que machacar el botón equis como si estuvieras llamando a Jason en Heavy Rain, la accesibilidad a la magia es demasiado lenta y los comandos rápidos sólo admiten tres ranuras. ¡Hay un cuarto botón para asignar otra magia! ¿Cómo no pensaron en aquel detalle? Es cierto que la variedad de enemigos y las diferentes estrategias que hay que tomar para vencerlos compensan (en parte) estos problemas, o al menos lo harían si no fuera por la gran lacra de este juego: su horrenda cámara. Ésta rara vez hará lo que tú desees, adoptará los ángulos más incómodos posibles y en numerosas ocasiones reducirá tu campo de visibilidad, haciéndote vulnerable a emboscadas enemigas. Y la cosa sólo empeora en Atlántica, el mundo de La Sirenita, en el que debes luchar debajo del agua y el control se vuelve todavía más complicado. ¿Te parece que matar al Gobul o al Lagiacrus bajo el agua en Monster Hunter 3 es una tarea complicada? ¡Intenta vencer a Úrsula en Atlántica, que además es de los jefes más duros del juego!

Y de la nave gumi ni hablemos: tienes una nave espacial que te permite viajar a otros mundos. Los trayectos no son muy cortos que digamos, y aunque el control no es del todo malo en estas partes, los viajecitos se vuelven bastante tediosos, sobre todo durante nuestros primeros pasos. Por fortuna, desbloquarás posteriormente un dispositivo que te permite saltarte estos pesados trayectos y viajar inmediatamente al mundo seleccionado. Además, el creador de naves gumi es bastante entretenido y fácil de comprender.

Bueno, en su favor debo decir que los jefes de Kingdom 
Hearts son bestiales, tanto en presencia como en dificultad.

Hablemos de los mundos: en total hay once (sin contar la isla del prólogo), ocho de ellos basados en películas Disney, más uno opcional al que se accede desde el mundo principal, Ciudad de Paso. Ésta será nuestra base de operaciones y donde pararemos a comprar remedios, armas para nuestros compañeros y piezas para nuestra nave gumi. ¡Oh! Y por si no te habías dado cuenta, ¡nuestros dos aliados son ni más ni menos que Donald y Goofy! Haciendo el primero la función de mago y el segundo ejerciendo el rol de escudero. Estos serán parte de nuestro equipo la mayor parte del juego, pero en algunos mundos, podemos cambiar a uno de los dos por otro integrante. Por ejemplo, en la Selva profunda, podemos elegir que nos acompañe Tarzán; en la Ciudad de Halloween, Jack Skelleton; en Agrabah, Aladdín; en Atlántica, Ariel; en el País de Nunca Jamás, Peter Pan, y en Bastión Hueco, el príncipe Adam (mejor conocido como la Bestia). También podremos visitar el País de las Maravillas (Alicia en el País de las Maravillas), el Coliseo del Olimpo (Hércules), el interior de Monstruo (Pinocho) y, como mundo opcional, el Bosque de los Cien Acres (Winnie the Pooh). También, a lo largo de tu aventura, rescatarás a los 99 cachorros de 101 Dálmatas para recibir recompensas a cambio, además de encontrarte en el mundo principal con el mago Merlín de Merlín el Encantador y con el Hada madrina de La Cenicienta. ¡Toda una selección de personajes de nuestra tierna infancia!

Como es de esperar, nos enfrentaremos a algunos de los mejores villanos de Disney como Hades, Jafar, Úrsula, Clayton, el Capitán Garfio y, por supuesto, Maléfica (tanto su forma normal como su encarnación en dragón). ¡Hasta Chernabog de Fantasía aparece como enemigo! Algunos sincorazón aparecerán en ciertos mundos una vez los hayas completado y podrás plantar cara a durísimos jefes secretos. ¿Y cómo olvidar las invocaciones? A diferencia de Final Fantasy, donde invocamos a bestias míticas, aquí podremos pedir ayuda a otros personajes de Disney: estos son Simba (El Rey León), el Genio de la lámpara (Aladdín), Campanilla (Peter Pan),  Bambi (Bambi), Dumbo (Dumbo) y Mushu (Mulán). 

No sería la primera vez que vemos al Genio en el interior de
una bestia. ¿Recordáis Aladdín y el Rey de los Ladrones?


Con tan buena selección de personajes de Disney, esperaríamos que con Final Fantasy lo hubieran hecho igual de bien, ¿verdad? ¡Pues...! No. ¿Recuerdas a Tidus, Wakka y Selphie? Tras acabar el prólogo, no los vuelves a ver (y de hecho, de Selphie no se sabe nada más hasta Kingdom Hearts II, de modo que, ¿qué diantres pasó con nuestros dos queridos jugadores de blítzbol?). Por otro lado, en Ciudad de Paso encontrarás, principalmente, a Squall (el cual cambia su nombre a León), Aeris, Cid y Yuffie. Podrás enfrentarte a Squall, Yuffie y Cloud en el Coliseo del Olimpo y conseguir poderosas llaves a cambio. 

Esto es lo primero que resulta algo molesto: de nueve personajes de Final Fantasy que aparecen en el juego (sin contar a los moguris), cinco pertenecen a Final Fantasy VII, dos a Final Fantasy VIII y otros dos a Final Fantasy X. ¿Por qué tan poca variedad? ¿No había juegos de donde sacar repertorio? Además, teniendo en cuenta que estamos hablando de una colaboración con Disney, ¿no habría estado bien personajes más procedentes de lo que sería un cuento de hadas? Arc de Final Fantasy III o Yitán de Final Fantasy IX habrían encajado sin ningún problema, no hacía falta saturar de semejante manera la lista de personajes de Final Fantasy VII. Por suerte, arreglaron parcialmente este defecto en su secuela y, no sólo aparecieron Vivi de Final Fantasy IX y Setzer de Final Fantasy VI, sino que también debíamos enfrentarnos a ellos. Pero no aceleremos, ya os hablaré de Kingdom Hearts II en otra reseña.

Y adivina: el único jefe perteneciente a esta saga al cual nos enfrentamos (eso sí, de manera opcional) es Sefirot. Sí, ya lo sé, todos amamos a Sefirot y nos encanta Final Fantasy VII, pero ¿de verdad hubiera sido mucho pedir una batalla contra Kefka de Final Fantasy VI o la Nube de Oscuridad de Final Fantasy III? ¡Estamos hablando de un juego donde la oscuridad es nuestro mayor enemigo, no me digáis que no habría casado con la temática!

Ya que sacamos el tema, una cosa molesta (aunque esto sólo lo es para los muy analistas) es que estamos viviendo una aventura en la que el pilar central es la amistad y el compañerismo. Hasta ahí todo bien, ¿vale? El problema es que jamás llegamos a sentir que estamos entablando una relación de amistad con los habitantes de los mundos que visitamos. Más bien, nos sentimos como el chico de los recados que va haciendo favores a la gente para poder llegar al corazón del mundo, cerrarlo y solucionar sus vidas. Pero sí, existe un personaje del que realmente llegamos a hacernos amigo, y éste es Winnie the Pooh, el cual pertenece al único mundo del juego por el que no es obligatorio pasar. Un tanto decepcionante que puedas superar el juego y llegar al final sin haberte hecho íntimo amigo de nadie. ¿No era ésa la idea principal de Kingdom Hearts? ¿Transmitir los valores de la amistad? ¿Cómo pudieron jorobarla en eso?

"¿Una reseña sobre mi juego en la que no me ponen en un pedestal? 
¿Estaré soñando? Ah, no, aquello ya lo hice en mi juego de 3DS..."
(¡Mira, mamá, mi primer gif en The Freak Remastered!)


¿Conclusiones?

¿Podemos decir que Kingdom Hearts es una obra maestra tal y como la recordamos? No, definitivamente no. Pero eso no lo convierte en un mal juego, ¡al contrario, es bueno! Si logras pasar por alto sus errores y acostumbrarte a su control, puede que lo disfrutes de principio a fin. Afortunadamente, Kingdom Hearts II solucionó muchos de los fallos que tuvo esta primera entrega; algún día hablaremos de él.

Gráficos
Se conserva bien, estamos hablando de un juego que tiene ya trece años (caray, cómo pasa el tiempo...). Los modelados se ven bien, hay buenos efectos y la interfaz resulta agradable a la vista.

Sonido
Aquí es donde más reluce Kingdom Hearts: todas las canciones de batalla son originales y quedan de maravilla en cada mundo, ¡y qué diantres, "Simple and Clean" es un temazo!

Jugabilidad
Sora parece tener problemas para defenderse en el combate aéreo y el acceso a las magias es incómodo y limitado. La cámara no hace más que empeorarlo todo.

Duración
El juego no es para nada corto, y si encima quieres enfrentarte a los jefes secretos, que son muy difíciles, tienes acción para rato. Sí, sin duda los jefes de Kingdom Hearts son un gran punto a favor.

Lo mejor
· Buenos gráficos y un apartado sonoro despampanante.
· Muchos y variados personajes de Disney, todos conservando su esencia.
· Brutales jefes finales, ¡y no son pocos!

Lo peor
· El control es muy mejorable.
· La cámara es tu peor enemiga durante todo el juego.
· Pocos y nada variados personajes de Final Fantasy, todo lo contrario que con los de Disney.

Nota final
7

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