¿Una obra maestra? ¿De verdad es para tanto este título?
Vaya que si lo es. Tristemente, es uno de los más infravalorados de su saga. Y te das cuenta de ello fácilmente cuando ves que es el único de los tres Final Fantasy para PlayStation que aún no ha recibido su merecido port a PC. O así era en el momento de escribir este análisis, ya que a partir de este año, por fin podemos disfrutarlo tanto en ordenador como en móviles. Eso sí, no por un precio precisamente bajo, por desgracia...
Estoy seguro de que muchos recuerdan con ternura el mítico Final Fantasy VII. Sin duda, fue un título importante para la franquicia, dando ese giro de tuerca futurista, unos gráficos 3D novedosos para su época y una traducción al español que se convirtió en leyenda (aunque no precisamente por ser buena...). Seguidamente, Final Fantasy VIII mejoró lo que su antecesor consiguió en todos los apartados: gráficos, historia y alguna que otra canción memorable. Con Final Fantasy IX, la saga principal termina su ciclo en la vieja PlayStation, volviendo a lo grande con su décima entrega en la siguiente consola.
¿Qué convierte a Final Fantasy IX en un juego tan especial? Para empezar, ésta fue la iniciativa de volver a lo que eran los juegos clásicos de la franquicia: un universo de fantasía con ambientación medieval. ¡Y lo lograron con creces! Tal vez, esto fue el motivo por el cual no todos se atrevieron a jugarlo: viniendo de los anteriores Final Fantasy VII y Final Fantasy VIII, a muchos les chocó que éste tuviera la apariencia de un cuento de hadas. ¡Pero no os dejéis engañar! La trama de esta joyita es más profunda de lo que parece, y su retorno a los orígenes, más que empequeñecerlo ante sus dos hermanos mayores de PlayStation, lo hace aún más grande.
Una pequeña curiosidad: ¿sabías que Final Fantasy IX protagonizó
un anuncio publicitario de Coca-Cola? ¡Y estaba muy bien hecho!
El diseño de los personajes, como observaremos a simple vista, es menos realista y está hecho al estilo "super-deformed". Cabe destacar que el apartado visual se vio muy favorecido, ofreciendo los que, posiblemente, eran los gráficos más punteros de la consola. Exceptuando el "world map", o mapamundi, por el cual nos movemos en un entorno hecho en tres dimensiones, las distintas ciudades, mazmorras y otros lugares interiores tienen un aspecto bidimensional (aunque los personajes siguen siendo modelos en 3D). Este sistema se siguió usando para algunas zonas incluso en el posterior Final Fantasy X.
Con respecto a la trama, aunque la primera impresión será la de una bastante simplona, la realidad es que, a partir del segundo disco (sí, ya sabéis, estos juegos tan largos contaban con varios discos en las cajas), la cosa se pone realmente interesante. No sólo la historia es de las mejores vistas en un Final Fantasy, sino que todos los personajes principales, que son ocho, sufren a lo largo de ésta impresionantes evoluciones, volviéndose cada vez más profundos y completos. ¡Y qué personalidad tienen, de veras! Después de protagonistas tan serios como Cloud y Squall, Squaresoft nos planta en las narices a Yitán y nos contagia con su buen humor.
También hay que destacar esa música... Qué se puede decir, ¡es Nobuo Uematsu! ¿Sabéis eso que dicen de que no existe ningún Final Fantasy que no tenga una buena banda sonora? Pues Final Fantasy IX no sólo no es la excepción, sino que se puede afirmar casi con total certeza que es el mejor de toda la saga en este apartado. Además de deleitarnos con más de 130 pistas musicales de excelente calidad, la variedad es enorme y alberga muchos temas míticos como "You're Not Alone", "Vamo' Allá Flamenco" y "Melodies Of Life". A los más nostálgicos se os saltarán las lágrimas en cuanto empecéis a escuchar alguna de estas delicias auditivas.
Hay tanto que ver... Te sorprenderá todo lo que puede esconder
hasta el más minúsculo y pacífico pueblo en Final Fantasy IX.
Para hacer honor a los clásicos, Final Fantasy IX supone el regreso de los pequeños moguris, los cuales hacen las funciones de vendedores (a veces) y te permiten guardar la partida. Pero la presencia de todos estos tributos a los viejos tiempos de la saga no significa que éste sea un juego anclado en las mecánicas de combate del pasado. Más bien, todo lo contrario: el número de luchadores máximo en un combate asciende a cuatro, con respecto a los tres permitidos en Final Fantasy VII y Final Fantasy VIII; pero en este caso, las profesiones de cada personaje están establecidas claramente, cosa que se puede ver tanto en su apariencia como en sus habilidades y equipo compatibles: Yitán es un ladrón, Garnet y Eiko son magas blancas e invocadoras, Vivi es un mago negro, Steiner es un caballero de armadura pesada, etcétera...
El sistema de combate por tiempo real hace que tengas que estar más atento a lo que ocurre en pantalla. Además, vuelve el modo Trance, el cual vimos en Final Fantasy VI. Si un personaje recibe daño, aumentará un poco su barra de Trance; al llegar al máximo, el personaje se transformará y desbloqueará un poder oculto. Durante varios turnos, tendrá algunos atributos mejorados y acceso a habilidades que de otra forma no podría ejecutar. ¡Guarda esas barras para las batallas importantes y tendrás la victoria en el bote!
¡Hasta obtener habilidades es toda una novedad! Al contrario que en Final Fantasy VII, donde cualquier personaje podía utilizar cierta magia si poseía el objeto que le permitiera usarla, en Final Fantasy IX cada personaje tiene unas habilidades que desbloquear. Por ejemplo, no puedes enseñar a Yitán a usar Piro aunque tengas el objeto necesario para ello. El sistema es sencillo: los objetos de equipo (armas, cascos, pecheras...) cuentan con habilidades que pueden obtenerse con tan solo equiparse, siempre y cuando el personaje y las habilidades sean compatibles. Para hacer que esa habilidad sea permanente incluso quitando el objeto, hay que adquirir puntos de habilidad. ¿Cómo se consiguen? ¡Pues luchando! Con el tiempo, verás la enorme cantidad de ases que cada miembro del equipo puede guardar bajo la manga. La cuestión es reservar un objeto poderoso para las situaciones importantes y equipar los objetos que permitan aprender nuevas habilidades para los ratos de entrenamiento. Así, tendrás un grupo indestructible.
Todas estas habilidades (y más que no aparecen en pantalla)
son fruto de un duro entrenamiento con variedad de objetos.
A ver, a ver, ¿nos dejamos algo más? ¡Ah, sí! Éste fue el primer título de la saga (y el único, por lo visto) que introdujo las secuencias en tiempo real. En algunos momentos de la historia, un sonido nos alertará de que están ocurriendo otras cosas a personajes importantes mientras nosotros no estamos allí. Por ejemplo, si en una parte estás controlando a Yitán y Steiner no está en tu equipo, puede que aparezca una secuencia en la que veas qué está haciendo en ese momento el personaje. La mayoría de estas secuencias son opcionales, pero otras comenzarán automáticamente.
Por último, pero no menos importante, queda hablar del Tetra Master. Éste es el juego de cartas por excelencia, se juega en toda Gaya y podrás proponer un desafío a muchísimas personas. Las partidas son rápidas y sencillas, y se juegan colocando cartas sobre un tablero generado al azar. El objetivo es hacer que, al finalizar la partida, haya mayor cantidad de cartas de tu color que del color del rival. Cada carta tiene aleatoriamente una pequeña flecha en cada esquina y lado, pudiendo llegar a un máximo de ocho. Las flechas que toquen a otras cartas rivales harán que estas últimas cambien de color, pero si dos cartas tienen sus flechas enfrentadas, habrá una batalla entre ellas y la ganadora propagará su color a la vencida y a las adyacentes. Esto significa que, incluso si tus cartas no son especialmente buenas, puedes vencer a los más temibles rivales.
Y no, esto último no es coña. ¡He llegado a vencer a rivales
durísimos con cartas flojas como duendes y hombres lagarto!
¿Conclusiones?
No hay quejas. Squaresoft nos trajo hace quince años un digno viaje de vuelta al pasado con novedades importantes y que jamás se volvieron a ver en un Final Fantasy posterior. Combina una trama increíble, unos personajes sobresalientes y una música insuperable, y tendrás uno de los mejores videojuegos de rol de la historia.
Gráficos
Lo mejor que se ha visto en PlayStation. Los personajes, con excelentes diseños, lucen bien en la pelea, y las invocaciones son todo un espectáculo visual.
Sonido
Seguramente, la mejor música que se ha escuchado en un Final Fantasy. Cantidad y calidad de temas variados y compuestos por el talentoso Nobuo Uematsu.
Jugabilidad
Manejar al personaje en cuestión (que la mayor parte del tiempo es Yitán) no requiere más que un joystick para moverse y dos botones de interacción. El sistema de combate es fresco e intuitivo.
Duración
¡Este juego es tremendamente largo! Posiblemente, de los juegos para un solo jugador más extensos que han existido. Con deciros que el récord mundial es de poco menos de nueve horas...
Lo mejor
· Banda sonora que enamora desde la primera nota.
· Excelentes personajes, así como su evolución a lo largo de la historia.
· Gran mecánica de combate, aprendizaje de habilidades y modo Trance.
Lo peor
· Obtener guiles (dinero) es excesivamente fácil.
· La incapacidad de obtener algunos objetos pasados ciertos puntos.
· El minijuego del chocobo es demasiado tedioso.
Nota final
10
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