¿Qué se cuenta la segunda parte de esta gran saga?
Casi nada: mejorar lo que hizo la anterior entrega en absolutamente todos los aspectos. ¿Por dónde deberíamos empezar? Supongo que por los gráficos, ¿no? A fin de cuentas, un juego es como la persona que te gusta: lo importante está dentro, pero también tiene que entrar estéticamente, al menos en lo fundamental. Pues en este aspecto, Age of Empires II muestra una notoria mejora sobre el primero, que por sí solo se veía muy decentemente. Ojo, estamos hablando de un juego de 1999 para PC, sin duda uno de los que más relució en su día para dicha plataforma. Bendito Genie Engine...
En lo referente al sonido, otro gran punto a favor: un tema principal que porta con orgullo como estandarte y una música ambiental donde las cuerdas y las percusiones acostumbran a ser los protagonistas. Además de la buena cantidad de pistas que oiremos a lo largo de la partida, éstas tienen una nada corta duración y nunca llegarán a aburrirnos. Pero no dejes que te relajen, aquí dependerás mucho de tu agilidad mental.
Aaah, qué belleza... Incluso si no dispones de la versión HD
lanzada posteriormente, sigue siendo un juego muy bonito.
Nos adelantamos unos cuantos siglos en la historia: ya no vivimos en la Edad Antigua, llegó la hora de avanzar a una era de imperios y conquistadores. Esto significa que civilizaciones como los griegos y los egipcios dejan de ser seleccionables. Frente a las doce disponibles en Age of Empires, más las tres que añadía la expansión Age of Empires: The Rise of Rome, su secuela trae por defecto trece civilizaciones, más cinco de la expansión Age of Empires II: The Conquerors, con sus respectivas campañas, claro está. En esta review, hablaremos de Age of Empires II como el conjunto de Age of Empires II: The Age of Kings y Age of Empires II: The Conquerors, pues hoy día es raro poseer el uno sin el otro.
Si quieres iniciarte en los juegos de estrategia, Age of Empires II te plantea un desafío razonable, con un sistema fácil de comprender en un principio, pero que requiere una gran atención a todo lo que estás realizando. Las campañas, por otro lado, cuentan con reglas específicas en las que se te darán los recursos y objetivos necesarios, dejando que seas tú quien se las ingenie para cumplirlos. Abriendo con un sencillo tutorial en el que reviviremos la historia del valeroso William Walace, Age of Empires II: The Age of Kings nos prepara para un porvenir de campañas bastante menos piadosas, como las de la heroína francesa Juana de Arco, el sultán Saladino, el despiadado conquistador Gengis Khan y el emperador Barbarroja. Por su parte, la expansión Age of Empires II: The Conquerors relata en sus campañas los acontecimientos importantes del azteca Moctezuma, Atila el Huno y el Cid Campeador, así como una serie de ocho guerras divididas en capítulos para la campaña llamada Batallas de los Conquistadores.
¡Dirige a tu ejército hacia la victoria! Sí, sé que suena a frase
cliché, pero en las partidas normales ése suele ser el objetivo.
Pero el juego habitual se llevará a cabo en los modos para uno o varios jugadores. Aquí, estableceremos unas normas determinadas como el estilo de juego base, el mapa donde se desarrollará la partida, la cantidad de recursos disponibles, la capacidad de población máxima, la dificultad de la inteligencia artificial (en caso de ponerla) y las condiciones de victoria. Hay escenarios en forma de arena especialmente diseñados para el enfrentamiento directo entre equipos, pero la cosa se pone más divertida cuando se trata de un mapa generado al azar, con ambientación a elegir: desde selvas y bosques nevados hasta desiertos y costas. Esto puede desencadenar situaciones disparatadas como ver a los persas luchando contra los aztecas en la tundra. Otro modo de juego popular es el regicidio, en el cual la posición de cada civilización ya está predefinida y habrá que evitar que nuestro rey muera mientras tratamos de dar caza al del enemigo. Cabe destacar que, según la lógica de Age of Empires II, un rey gordo y viejo es más veloz que un raudo jinete.
Una vez en la partida, lo esencial es poner a tus aldeanos a trabajar. Para ello, hay que crearlos en el centro urbano invirtiendo uno de nuestros cuatro recursos (en este caso, comida). Los aldeanos pueden ocuparse de talar, excavar oro y piedra, recoger comida de arbustos y animales, pescar, cultivar granjas y construir edificios. Aunque son débiles y no poseen grandes dotes de combate, los aldeanos son el pilar central de toda civilización, pues proporcionan recursos indispensables para avanzar a lo largo de las edades. Comenzamos en la Alta Edad Media, progresaremos a la Edad Feudal, seguiremos hasta la Edad de los Castillos y culminaremos con la Edad Imperial. Cada una añade nuevas construcciones, tecnologías y unidades, varias de ellas únicas según la civilización que hayamos escogido.
"How do you turn this on" es un truco que te permite invocar
estos preciosos y altamente destructivos coches. ¡La locura!
Hay varias formas de ganar en una partida normal. La más rápida y eficaz es por conquista, es decir, atacando al enemigo hasta acabar con todas y cada una de sus unidades (o lograr que se rinda). Pero también puedes sacar partido de los monjes. ¿Te acuerdas de esos simpáticos hombres que decían "¡Wololo!" y convertían a los enemigos para que formaran parte de tu imperio? Puedes usarlos para transportar reliquias dispersas por el mapa y llevarlas al monasterio. Cada reliquia hace que acumules oro con el tiempo, y si encima logras guardar un número determinado (y aguantar un tiempo con ellas sin que te destrocen el monasterio), ganarás la partida. Algo parecido pasa con las maravillas, las construcciones más lentas y caras del juego. Cuando construyas una, tendrás que protegerla hasta que el contador de años llegue a cero; si lo consigues, la victoria será tuya.
Las posibilidades son muy amplias, no tendrás problemas en crear una ciudad a tu gusto, posicionando las casas, los talleres y los castillos donde más te convenga. Siéntete libre de experimentar, además es divertido ver cómo los edificios cambian de aspecto según la edad y la civilización. Eso sí, cuidado con la inteligencia artificial: este juego está pensado para gente a la que verdaderamente se le dé bien el juego. Si acabas de empezar en este mundillo, no tendrás ningún problema si realizas partidas en la dificultad más baja, pero ten cuidado en los niveles de dificultad medios y altos, porque el enemigo no te dará un respiro.
Demasiado chulo y bien diseñado como para haber sido generado
aleatoriamente, ¿no te parece? Vamos a hablar del editor de mapas.
Oh, pero sin duda, una de las funciones más entretenidas de Age of Empires II es el creador de escenarios. Una vez elegido el tamaño del mapa, podemos colocar hierbas, arena, árboles, nieve y demás con una herramienta similar a un pincel. Además de eso, se nos brinda la posibilidad de poner cualquier edificio y unidad de todas las civilizaciones, así como añadir instrucciones y objetivos, lo que significa que, si no tenéis mapas con reglas hechas completamente a vuestra medida, es porque no queréis: ¡aquí tenéis todas las herramientas necesarias, incluso para crear vuestra propia campaña personalizada! Si tenéis paciencia, imaginación y un poco de destreza diseñando mapas, podéis dar origen a auténticas maravillas, ¡y no de las que construyen los aldeanos precisamente! La mala noticia es que la versión de PlayStation 2, distribuida por Konami, no cuenta con dicho editor, además de estar configurada en una resolución ridículamente pequeña que no se puede aumentar.
Aquí tienes un imperio compuesto por 281 unidades, incluyendo
aldeanos, monjes y máquinas de asedio. Poquita cosa, ¿verdad?
¿Conclusiones?
Prácticamente perfecto. Si el primer Age of Empires hizo bien todo lo que pretendía, éste le dio mil vueltas. Es muy difícil encontrar defectos, y aunque las partidas suelen ser muy largas, éstas nunca llegan a ser aburridas. Todo fan de los juegos de estrategia en tiempo real debe conocer esta reliquia, y de no ser así, ¿por qué no echas un ojo a la edición HD que lanzaron hace unos años? Además de ciertas mejoras, incluye por defecto la expansión The Conquerors, además de contar con dos expansiones totalmente nuevas: The Forgotten y The African Kingdoms. ¡Dale caña a esos cuarteles y forma un ejército digno de un rey!
Gráficos
Para su época, e incluso hoy día, son realmente sorprendentes. Pocos títulos lograron igualar el nivel de detalle que consiguió Ensemble Studios a las puertas del nuevo milenio.
Sonido
Música para cualquier ocasión, relajante la mayor parte del tiempo, ideal para crear un ambiente medieval. Las voces españolas tienen una buena calidad, y las burlas son la mar de cachondas.
Jugabilidad
Más te vale ser capaz de ocuparte de múltiples tareas a la vez, porque es lo que vas a hacer todo el tiempo. Eso sí, una vez le pillas el truco, engancha lo que no está escrito.
Duración
Sumando las campañas de The Age of Kings y The Conquerors, la duración es más que decente, pero asciende a ilimitada gracias al modo multijugador y a las infinitas posibilidades del editor.
Lo mejor
· En cuanto a gráficos y sonido, de lo mejor de su año.
· La pureza del género en la era medieval con multitud de civilizaciones a elegir.
· Entretenidas campañas y gran flexibilidad en los modos de juego.
Lo peor
· La versión de PS2 tiene una resolución bajísima y carece de editor de mapas.
· La IA es demasiado floja en dificultad baja y demasiado bestia en dificultad alta.
· El cierre de Ensemble Studios implica la falta de servidores, a menos que uses Voobly.
Nota final
10
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