viernes, 23 de junio de 2017

Revisitando - The Elder Scrolls V: Skyrim (PC / PS3 / Xbox 360 / PS4 / Xbox One / Switch)

¡The Freak Remastered ha encontrado el por qué de su nombre! Fuera coñas, por primera vez estamos estrenando una nueva sección en el blog llamada Revisitando. Realmente no hay mucha diferencia con respecto a las reviews originales, simplemente seleccionaremos los análisis más antiguos de la página para "re-redactarlos" con la perspectiva y experiencia que hemos adquirido tras unos años. Además, como en este caso, analizaremos las mejoras aplicadas en los sistemas de nueva generación. Todo esto surgió echando un vistazo a las primeras entradas. ¿En serio la de este juego superó las mil visitas cuando no nos conocía ni el Tato? La verdad es que tuvo muy buena acogida, así que no pensamos borrarla del blog, pero os agradeceríamos que vosotros sí lo hicierais de vuestra memoria y leyerais lo que tenemos que contar esta vez sobre el clásico moderno de Bethesda...


¿Viajamos a tierras nórdicas una vez más?

Así es, ya sabéis que el año pasado salió a la venta la edición especial de The Elder Scrolls V: Skyrim, que incluye mejoras gráficas, todos los DLC's y un menú de instalación de mods tanto en PC como en consolas. A estas alturas, todos sabréis del The Elder Scrolls más reciente (sin contar The Elder Scrolls Online) que, a su vez, es el más conocido de la franquicia. 200 años después de los acontecimientos del galardonado The Elder Scrolls IV: Oblivion, Bethesda vuelve a la carga haciéndonos viajar a Skyrim, la gélida tierra de leyendas y guerreros. En esta ocasión, tendremos que lidiar con dos serios conflictos que asolan el país; por un lado, una guerra civil entre la Legión Imperial, quienes buscan que Skyrim pertenezca al Imperio de Cyrodiil, y los Capas de la Tormenta, rebeldes que desean liberar a su pueblo y a todos los nórdicos. Por otro, los malévolos dragones están resucitando y devastando con sus llamas la hermosa tierra nevada que se extiende ante nuestros ojos. Sólo un mortal con el poder de absorber el alma de los dragones, conocido como Dovahkiin, será capaz de poner fin a esta catástrofe. Y ése eres tú.

Empezamos la partida creando a nuestro personaje, pudiendo elegir de entre las diez razas disponibles de siempre: nórdico, elfo del bosque, bretón, argoniano, orco, elfo oscuro, guardia rojo, imperial, alto elfo y khajiita. Y aquí debo pronunciarme muy a favor de una mejora inmensa que ha implementado la quinta entrega de The Elder Scrolls: su apartado visual. No sólo cuenta con una ambientación brutal en todos los sentidos, sino que la dirección artística ha hecho el mejor trabajo de toda la saga con los modelos (hay que admitir que en The Elder Scrolls IV: Oblivion no había forma de dar con un personaje medianamente agraciado). Como no todo podía ser tan perfecto, el clímax tan logrado se ve muy empañado por culpa de la actitud irreal y robótica de los personajes. Esto siempre ha sido así, pero esperaba algo más de naturalidad por parte de un NPC en un juego de 2011. No es el caso: todos se mueven de forma muy artificial, apenas son expresivos, andan cortos de animaciones... Menos mal que hay muchísimo diálogo, porque si dependieran de gestos o señas, no transmitirían absolutamente nada. Algo parecido ocurre con el apartado sonoro: la banda sonora de The Elder Scrolls V: Skyrim es de lo mejorcito que se ha oído en toda la industria, es absolutamente increíble; pero los actores de doblaje en castellano fallan en tantísimas cosas... No les culpo, probablemente no les dieron el contexto de las frases y por ello no suenan como deberían, pero aparte de eso, hay un montón de NPC's con voces recicladas, se nota muchísimo que había poco personal, ya que puedo contar con los dedos de las manos los personajes que me he encontrado con voces no repetidas en mis excesivas horas de juego.

Da gusto volver a casa y visitar a viejos conocidos... Los
Compañeros, el Gremio de Ladrones... Cómo olvidarlos.

Volviendo a la creación de personaje, esta vez contaremos con muchas más ventajas raciales que antes. Como nórdico, resistirás mejor el daño por escarcha y ahuyentarás a los enemigos con un temible grito; como argoniano, serás mucho menos propenso a contraer enfermedades, podrás utilizar un poder que regenera tu salud rápidamente y hasta respirarás bajo el agua; como khajiita, causarás gran daño cuando no portes ningún arma valiéndote de tus garras y tus ojos de lince te permitirán ver en la oscuridad. En esta ocasión, no elegiremos ni crearemos una clase con habilidades favorables, sino que el nivel inicial de estas quedará determinado por la elección de nuestra raza. Así, los imperiales comienzan con un buen nivel de magia de restauración y los elfos del bosque dan inicio a sus andanzas con vastos conocimientos en arquería. Eso significa que tenemos a nuestra disposición el sistema de desarrollo más flexible que nos ha brindado la franquicia. Puedes hacer literalmente de todo, desde un guerrero con mandoble y armadura ligera, hasta un nigromante con armadura pesada que emplee magia de conjuración y descarga. ¡No hay límites!

Y hablando de límites, todo ello nos lleva a la propia Skyrim. Bethesda ha redefinido por completo el concepto de mundo abierto, dándonos un país enorme, repleto de detalle y con un porrón de cosas que ver y hacer: mazmorras, atalayas, tumbas antiguas, campamentos, montes, arboledas... Y por si esto fuese poco, la cantidad de misiones es abrumadora. Además de la infinidad de tareas que cumplir, contamos con unas extensas misiones secundarias con las que obtener recompensas, profundizar en la historia de The Elder Scrolls, forjar alianzas y unirse a facciones. Ah, y ya que sacamos el tema de las facciones, hay un buen puñado a las que unirnos, y muy pocas son incompatibles unas con otras, por lo que, en una sola partida, puedes completar unas cuantas historias. Además, varios NPC's sueltan determinadas frases en función de las facciones a las que pertenezcas. ¡Y no sólo con esto! También depende de tu raza, del tipo de arma o armadura que lleves, de la misión importante que acabes de completar o incluso de si eres licántropo o vampiro.

A todos nos gusta ser un poderoso guerrero decapitador 
de dragones, pero ya sabéis: ¡en la variedad está el gusto!

A nivel jugable, tiene sus más y sus menos. El principal problema (y el que más nos esperábamos, a decir verdad) es la exagerada cantidad de bugs y glitches que pueden aparecer. No bromeo si digo que The Elder Scrolls V: Skyrim, por muy bueno que sea, está completamente roto: es un producto muy delicado, hay que tener cuidado con acciones que, a simple vista, no parecen repercutir tanto en el funcionamiento del software, pero que realmente pueden desatar resultados imprevisibles; algunos bugs pueden hasta fastidiar tu progreso impidiendo que avances en una misión. Por fortuna, el juego guarda automáticamente tus avances, así que el margen de error no es tan reducido como esperábamos.

Otro detalle molesto es la simplificación del sistema de combate. No estamos en contra de hacer más accesible un videojuego, pero después de los parámetros a tener en cuenta en The Elder Scrolls IV: Oblivion, esto es un paso atrás muy gordo. Ya no se gasta aguante al ejecutar ataques normales ni al saltar, dicho indicador deja de determinar la fuerza del impacto, se han eliminado las habilidades de acrobacia y combate desarmado y los enemigos son muy poco variados, al menos hasta la llegada de las expansiones. Y por si esto fueran nimiedades, la dificultad no altera la inteligencia artificial de los oponentes (que, dicho sea de paso, tiene más de artificial que de inteligencia), simplemente, hace que en "muy fácil" tengas la fuerza de un diplodocus y que en "legendario" pegues como si tuvieras un cucharón de madera en la mano.

Como extra, se ha añadido la mecánica de gritos: en algunas cumbres y mazmorras, encontraremos grabados en la antigua lengua de los dragones. Pronunciar en voz alta esas palabras desatará poderes variados sin coste de maná, y cada grito se puede ver potenciado si encontramos las tres palabras que pertenezcan al mismo. ¡Pero no basta con eso! Hay que matar dragones y absorber sus almas para acceder al conocimiento de los gritos. Cada alma de dragón desbloquea el uso de una palabra, así que hay que invertir tres almas en un grito para recitarlo en todo su esplendor. Y creedme, merece mucho la pena...

Los caballos son lentos como ellos solos, pero según la descripción
de estos en las pantallas de carga, lo compensan con su resistencia.

Puestos a hablar de las expansiones, éstas son tres: Hearthfire, Dragonborn y Dawnguard. La primera nos permite construir nuestra propia casa y adoptar niños, lo cual está bien para romper con la rutina de luchar. La segunda nos permite viajar a Solstheim, una isla ya presente en The Elder Scrolls III: Morrowind, donde nos enfrentaremos a extraños enemigos y veremos lugares increíbles. La tercera es muy interesante, pues incluye el uso de ballestas y la posibilidad de unirnos a un grupo de cazavampiros o, por el contrario, convertirnos en un poderoso bebedor de sangre.

El fallo garrafal lo presenta precisamente Dawnguard, pues hace que, por las noches, un pequeño grupo de vampiros asalte una ciudad y ataque a sus habitantes. ¿Que por qué supone esto un problema? ¡Porque pueden matar a personajes importantes! En serio, ¿qué compañía hace una expansión que causa molestias hasta este punto? Algunos diréis que así es más inmersivo, que es una etapa complicada de la Cuarta Era y que, en cualquier momento, una persona corriente puede ser asesinada. Eso puedo llegar a entenderlo, pero sigue siendo muy injusto que un NPC al que necesitas para vender cosas, desarrollar una habilidad o progresar en una misión, muera por culpa de un evento completamente aleatorio. En otras palabras, o te pasas la misión de la Guardia del Alba cuanto antes, o tendrás chupasangres tocando las narices en cada comarca de Skyrim.

Los vampiros pueden aguarte la fiesta, pero ser uno de ellos
es tan beneficioso como entretenido. ¡Y tus ojos brillarán!

Para compensar lo malo, The Elder Scrolls V: Skyrim ofrece numerosas formas de superar un desafío. Debido a la diversidad a la que tenemos acceso durante el desarrollo de nuestro Dovahkiin, la mayoría de mazmorras están planteadas de manera que sean completables con un guerrero, mago, pícaro o cualquiera de sus múltiples variantes y combinaciones. Si es cierto que algunas tareas que te encomienden serán más sencillas si eres un as en ciertas ramas; por ejemplo, las misiones del Colegio de Hibernalia están pensadas para hechiceros y las de la Hermandad Oscura para asesinos sigilosos. Pero aun así, nada te impide probar algo distinto y exprimir al máximo el potencial de tu personaje, siempre a tu manera.

Es innegable que, incluso tras cientos de horas de juego, The Elder Scrolls V: Skyrim sigue dando para otras cien o más. No te vas a quedar con las manos vacías (o zarpas, en el caso de los khajiitas y argonianos), eso es así. Bien puedes darte un paseo, salir de caza, descubrir nuevos lugares, hacer favores a la gente, despachar a unos bandidos, recolectar ingredientes para alquimia, formar una familia, hallar valiosos tesoros, entrar a robar en casas, ampliar tu conocimiento arcano o, simplemente, coger uno de los tropecientos libros de los que puedes disponer y deleitarte con una buena historia. Esto es The Elder Scrolls, y bien es sabido que los límites son mínimos. Tienes completa independencia, disfruta de lo que te ofrece este mágico universo y saca el máximo partido. O ponte a disparar flechas a las rodillas de los guardias, por hacer la gracia...

No todo es teñir tu arma de rojo. Concédete el capricho de
descubrir y conocer más allá de lo que percibes a simple vista.

¿Conclusiones?

The Elder Scrolls V: Skyrim, si bien se queda a la sombra de sus antecesores en ciertos aspectos, es una auténtica experiencia fantástica interminable. Horas, horas y más horas de juego y seguirán faltándote cosas por descubrir, pasarán meses, quizás años, hasta que hayas desentrañado por completo todos los misterios que esconde la tierra de Talos. ¿Que al final lo completas absolutamente todo? ¡No pasa nada! Echa un vistazo a los brillantes mods que diseña la siempre activa comunidad de jugadores y échate unas cuantas partidas más.

Gráficos
Los mejores de la saga, de eso no cabe duda; la ambientación y el diseño de personajes es simple y llanamente increíble. Ojalá pudiera decirse lo mismo de las animaciones...

Sonido
Obviando un doblaje al español muy mediocre, la banda sonora es una preciosidad en todos los sentidos. También se han molestado en que la voz de tu personaje cambie según la raza.

Jugabilidad
Es la más flexible y variada de toda la franquicia. El combate es más simple que nunca, por desgracia para muchos y fortuna para otros, pero al menos han implementado el genial sistema de gritos.

Duración
¿Largo? No... ¡Larguísimo! Las misiones principales no llevan demasiado tiempo, pero si crees que ahí se acaba la cosa, es que necesitas echarle otro vistazo al mapa.

Lo mejor
· Una tierra nevada y preciosa que recorrer con bella música.
· Duradero y ampliable gracias a las expansiones y mods.
· Personaje principal perfectamente adaptable a nuestro estilo.

Lo peor
· Los personajes tienen la expresividad de una roca.
· Bugs por doquier, tendrás que tener cuidado con cada acción que realices.
· Jugabilidad simplona y, a veces, un poco repetitiva.

Nota final
8'5

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